Quise incorporame a la mañana para comenzar mi día como es rutina y una extraña sensación me pudo. Mi alma estaba densa, triste, ahogada. Mi garganta se obstruyó y no pude llorar. Quise abrir los ojos y no lo logró porque mis párpados pesaban demasiado. Lentamente logré incorporarme, la frazada pesaba mucho y al agitarla, para conseguir por fin salir de mi cama, una nube gris y espesa invadió mi cuarto.
No llegué a abrir la ventana ni la puerta. Me senti ahogada. No pude avanzar.
Acá estoy, quietecita, casi sin respirar. Espero que las cenizas lentamente caigan y pueda retomar mi vida...
Las autoridades sureñas apuntan a maniobras ilegales del Ejército de Chile en la Cordillera de Los Andes.
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