martes, 12 de julio de 2011

BALADA EN EL HOSPITAL VIEJO

ANO- Saravena. La balada se materializó en los cientos de hoyos empotrados en las paredes del hospital, ocasionados por los escupitajos de ametralladoras. El ataque ocurrió entre las dos y tres de la mañana; los enfermos que estaban dentro del centro de salud sintieron unas presencias invisibles que recorrían los pasadizos pintados de blanco mareado por la cal vieja. En un inicio sospecharon que eran los fantasmas de los cadáveres recién hechos cadáveres en algunas piezas, luego supieron que eran muertos muy viejos, muertos que venían a cobrarle al hospital viejo lo que ya no podían cobrarle a quienes los mataron en tiempos pasados, a esos que los asesinaron en la plaza cuando ellos, tirados boca arriba, trataban de relacionar la forma de una nube con la de un objeto conocido para engañar al dolor. Pero no lo engañaron, murieron gritando. Los fantasmas de los muertos volvieron, abalearon las paredes interiores del hospital sin atentar contra algún vivo, como si ese edificio viejo fuera un dios blanco que los ignoró cuando hubiese podido ayudarlos.                                                                                     

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