domingo, 7 de agosto de 2011

DESAPARICIONES

-ANO. Estocolmo. Los huesos se pulverizaron y, con ellos, los últimos recuerdos de una guerra que jamás pasó. Ocurrió en el límite de dos barrios céntricos de la capital sueca; los vecinos decidieron, para rendir un tributo  al escritor Par Lagerkvist- quien este año cumple el 60 aniversario de su premiación con el nobel de literatura-, hacer una representación del relato Los huesos sagrados, donde, en el límite que separa a dos pueblos que pelearon entre sí, se erigen tumbas de sus héroes bélicos, hasta que los vivos descubren que, en las noches, los muertos se levantan e intercambian sus huesos.  Desde hace dos meses, muchos habitantes se  han turnado en las cortas noches para hacer el simulacro de esa historia. Los vecinos que hicieron el ritual la noche del sábado han desaparecido o “se han hecho polvo”, como dijo Henrik Brolin, el único que no desapareció y principal sospechoso de una hipotética masacre. Otros, que no dudan de la inocencia de Henrik ni del carácter voluble de las partículas a las que se les adjudican el estatus de reales,  sugieren que es un caso similar al del chupacabras en el cual no todo lo real es necesariamente verosímil: “Así como los muertos del cuento franqueaban la frontera y cambiaban sus huesos, nosotros, en todos los días de nuestras vidas y nuestras muertes, cruzamos una frontera, que divide lo que presumimos real de lo que suponemos imaginario, ”, dijo el brujo guatemalteco residente en Suecia, Benito Pedreros.

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