-ANO. Tacna. Así es: Nelson, el dueño de los ojos que aparecen en la foto, descendiente de la más añeja estirpe incaica y de extraterrestres caídos, por desgracia, en la tierra, ha sido el autor de una pandemia de sueños. Todo comenzó con el que tuvo su novia: soñó que una chimpancé se besaba con el hermoso espécimen aborígena como si fueran los más tórridos amantes. Después toda la población anciana, infantil y enferma de Tacna padeció el mismo sueño. Nelson fue acosado en su residencia y, ese ejército de lisiados y “deficientes mentales”, le instaron para que fuera hasta el zoológico. Lo esperaba Consuelo, la chimpancé madrastra de todos los primates cautivos en los Andes. Consuelo lo besó en los ojos y lo arrulló hasta que Nelson quedó dormido. La chimpancé lo tiró desde las alturas de su jaula y el aborígena cayó de pie, transformando, levemente, lo que fogwill, el autor de “Los pichiciegos”, dijo de los sueños: “Son ventanas que dan a ninguna parte y esa ninguna parte soy yo”.
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