viernes, 2 de septiembre de 2011

FUNCIÓN FINAL

-ANO. Sun City. Para ser felices, buscaron tener hijos. Ambos lo intentaron pero ni el gordo ni el más gordo lograron preñarse. Ese fue el primer evento que ocasionó el quiebre y el final de la amenaza de ser felices juntos. Entonces creyeron que podían serlo por separado y se divorciaron. Mientras uno, el más gordo, continuó con su organización de fiestas para adolescentes en San Francisco, el otro, el menos gordo, se dedicó a editar libros de autores de poca monta. Dejó su apartamento lujoso para irse a uno del centro de Sun City, lo empapeló con afiches de Los Beattles, compró una pareja de gatos y se dedicó a beber alcohol diariamente en sus “tertulias literarias” con escritores que publicaron un sólo libro en su incipiente editorial y desaparecieron. Siempre caía al suelo dormido de la borrachera y los gatos se acostaban sobre su abdomen abultado. El gordo menos gordo solía soñar que veía una película mientras comía, con ansiedad, cientos de palomitas de maíz. Lo que ocurría fuera de su prolongado sueño de diez horas era que los felinos defecaban sobre su pecho y él tomaba los mojones y se los introducía a la boca. Una mañana, aún con el sabor de caca gatuna en su paladar , escribió el argumento de la película. Habló con un par de amigos e hicieron “Gordo corazón”, largometraje que no alcanzó a durar un mes en cartelera por la precariedad de recaudos. Hoy es su última función en Sun City y el gordo menos gordo afirma que su error fue haber creído que tenía la obligación de ser feliz.

No hay comentarios:

Publicar un comentario