MUERE COLOSO DEL TOREO ENANO

-ANO. Guayaquil. Cayetano Dimaté fue el más grande enano torero de Latinoamérica. Sus ciento sesenta centímetros parecían reducirse a menos de un metro si se miraba su cara redonda, mucho más grande en proporción a su cuerpo que adolecía de un tronco largo – cuando se sentaba parecía ser tan alto como un basquetbolista de la NBA-  y de piernas cortas. Hoy, el día de su muerte, se han renovado viejas discusiones en donde se planteaba si Cayetano era un enanazo o un enanito pues aún se ignora si un colosal enano lo es por ser más pequeño o más alto. Cuando un compañero del colegio le dijo “enano sin tibias”, Cayetano tuvo la claridad meridiana de observarse huyendo de un toro flaco que lo perseguía para clavarle un cacho a un costado. Partió de casa y se dedicó al toreo más humilde y carnavalesco. Solía disfrazarse de Mujer Maravilla y saltar sobre los vacunos llenos de garrapatas que lo acompañaron durante tantas giras. Dimaté ha muerto en un hogar geriátrico de Guayaquil. Sus últimos años fueron ominosos, como él mismo lo afirmó mientras le aplicaban los santos oleos, porque dejó la tauromaquia para dedicarse a algo tan despreciable como la escritura de poemas.