miércoles, 28 de septiembre de 2011

SÍNDROME DE DOWN CELESTE

-ANO. Salamanca. El astronauta flota en medio de bestias intuidas por Dios en el siglo XVI. Pero él  fue una visión divina del siglo veinte, materializada por los restauradores de la catedral de Salamanca que intentaron fundir los tiempos para hacer una historia compacta del hombre y su camino al firmamento profundo. Muchos escépticos se han burlado de quienes, con las bocas abiertas como los ángeles que esperan una señal del otro mundo, imaginan lo que habrían visto los arquitectos del siglo XVI mientras observan la figura del héroe espacial. En lo que esos escépticos no han reparado es en los ojos rasgados y los pómulos salientes del astronauta. Florencio Jiménez, investigador de Pamplona, sí lo notó y ha concluido que esa figura es una premonición: Alguien con síndrome de Down será el conquistador o conquistadora de nuevos cielos porque el polvo celestial que reposará sobre sus rollizos hombros, mezclado con la caspa que le irá tumbando el pelo, lo hará el ser más apto para acercarse muchos años luz al hacedor de todos los universos posibles.

No hay comentarios:

Publicar un comentario