sábado, 27 de agosto de 2011

LA GLORIA SERÁ EL LUNES

-ANO. Nueva York. Benny González, un neoyorquino hijo de inmigrantes guatemaltecos dejó de cantar salsa cuando supo, hace mucho tiempo, que la gloria invadiría a Nueva York. Ha alistado su casa para la ocasión; ha roto las vajillas, los floreros, los vidrios y permanece  frente al altar que su esposa mexicana hizo a la virgen de Guadalupe: “Madrecita linda, yo sé que ha llegado la hora de diluirnos en el aire. Polvo somos y polvo nos convertiremos y como polvo nos llevará el huracanado amor de tu amado hijo”. Su esposa dice que Benny  no hablaba así y que todo comenzó la tarde que cayó en la calle donde cantaba por un coma diabético; “Desperté sin voz y sin pierna pero con la intuición de que el fin de los tiempos es el comienzo de algo grandioso”, asevera González.  Ha llegado la hora de la gloria, la hora en que Nueva York sea el paisaje límpido donde caiga la semilla de la que saldrá una nueva criatura para un nuevo paraíso. “Espero que eso así sea. El lunes se vence nuestro contrato de arrendamiento y no tenemos a dónde ir”, susurra la esposa de Benny mientras el sigue hablando con la virgen de Guadalupe.

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