domingo, 28 de agosto de 2011

MIERDA DE LA MEMORIA

-ANO. Sarajevo. Enseñar lo que para muchos es la mayor vergüenza: el rostro apretado mientras sale un mojón por el conducto proceloso y el trasero semejante a una pálida bestia lunar que saca su lengua marrón como un perrito sediento. Recordarles que alguna vez hubo muchos muertos, eso es lo que Inela Mijovic hace todos los días desde 1992. Comenzó como un hábito durante las penurias de la guerra de los Balcanes y ha concluido como un reducto más de la memoria de aquél dolor que acabó con cientos de miles de humanos amontonados en montañas de cadáveres.

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