lunes, 5 de septiembre de 2011

MALHERIDOS EN LA REFRIEGA DIVINA

-ANO. Bogotá. El viernes en la noche se impartió la conferencia “¿Dónde está Dios en las tragedias humanas?” en medio del sexo oloroso a empanada que exuda el centro de la ciudad. Mientras esperaba el autobús que me llevara al evento teológico que cubriría como corresponsal de ANO, lo supe todo: En la estación buses donde aguardaba,  un señor, con barba tupida y canosa, que  caminaba valiéndose de un bastón para poder mover sus piernas abiertas como un paréntesis, se detuvo frente a la silla de ruedas donde estaba sentado un niño que metía su dedo pulgar entre su boca sin dientes. El viejo abrió sus ojos hasta que se tornaron en un par de censores visuales de androide triste y le dio una dos bendiciones al niño. El anciano era un soldado herido mortalmente en la guerra, un guerrero que caminaba a gatas sobre los escombros para bendecir a ese otro compañero de frente que emitía los últimos bufidos del aire que lo habitaba. Los dos caídos en  la batalla. Los dos malheridos. La guerra continúa y la lucha sólo se puede intuir en los momentos de mayor lucidez. En los demás instantes se vive como los otros cientos de miles de millones que ignoran esa refriega divina que se libra por ellos. No hubo necesidad de ir a la conferencia.

1 comentario:

  1. en medio del sexo oloroso a empanada....buenisimo...muy buena frase.

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