jueves, 15 de septiembre de 2011

VENTOCIDADES ASESINAS

-ANO Ciénaga Grande. El olor emerge en las noches, antes de que los pescadores que viven en la costa caigan dormidos. Alguien sale de alguna choza y pregunta en un tono alto, muy alto, quién diablos es el que tiene esa digestión de los mil demonios. Nadie sabe de la entropía maoliente del aparato digestivo de Satanás pero todos presumen que es peor que cualquier enfermedad pilórica o de colon irritable que padezca un hijo de Adán. Esa presunción ha llevado a que todos los habitantes de la zona consideren que la fetidez proviene de una criatura  afecta al Maligno y que, con su ventosidad fulminante, penetre las entrañas del agua y asfixie a cientos de miles de peces. Los pescadores afirman que el chupacabras es menos letal; basta con que esta bestia invisible abra su culo y se pee para que el mundo cambie para siempre.

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