viernes, 14 de octubre de 2011

TODO SE FUE A LA MIERDA (EDITORIAL)

Selimo aferrado al último bastión de la cordura. 
ANO- Port-Au-Prince- (Sala de redacción). El ascensor va en picada. ¡Sobrepasará el infierno y caerá en las entrañas de la ignominia! ¿En qué clase de agujero se tornó este planeta azul? Ignoramos si la sobrepoblación ha generado un incremento en la oligofrenia; o si Papá Lindo se cansó de hacer tanta bellaquería y ha decidido asesinarnos de forma gradual y absoluta. Todo se fue a la mierda, mi amor: los tiburones mochos de aletas que yacen en las profundidades del océano pacífico colombiano, se trasvestirán en misiles submarinos que harán estallar a Costa Rica, precio de la Vendetta que los pescadores furtivos de esa miserable república (como todas) originaron con su acto execrable. En Estados Unidos de América, y más exactamente en el Wall Street surge un proto-comunismo de converse y jeans Levi's; el señor Slavoj  Zizek, mientras emite una oración seguida por un montón de orates marihuaneros, oculta el abultamiento de su barriga como si ser gordo fuera una vergüenza más del capitalismo salvaje. Señor Zizek, ¿ por qué no sigue escribiendo así como está escribiendo y se va para África y le dice a los negros que se mueren de hambre en Somalia que usted es comunista de Wall Street? Para colmo de males, ahora los conservadores hacen grafiti,  siempre y cuando estos no se hagan en las casas de los ricos: ¡Que grafiteen los cambuches de los pobres, eso es arte urbano de vértigo!  Habrase visto, ¿Hay que pintar la miseria de colores para que los protofascistas sientan que su conservadurismo es de avanzada?  Todo se va a la mierda, mi amor. Todo, hasta el amor. ¿Te acuerdas de mí? Ese alzheimer también te tiene vuelta mierda, mi vida.

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