martes, 8 de noviembre de 2011

A LA ESCUCHA DE LOS PLANETAS


¿¿Olvidar sin un para qué y reír sin un por qué?
-ANO. Cabo Cañaveral. Antes de hacer la luz, nuestro Señor dijo: “Que todo se vaya a la mierda” y ¡Big Bang! Empezaron a podrirse los distintos recodos de su creación a partir de la generación de cometas y satélites, galaxias y planetas. Toda esa putrefacción emprende distintos caminos que desembocan en el inmenso océano de la mierda. Los planetas tienen su propio trasegar en el tiempo y el espacio – que también se dirigen a la mierda ¿Nuestro Señor también pertenecerá a ese todo al que le decretó un estercolado final?-. Ahora, los humanos (que compartimos ese desenlace: mierda eres y en mierda te convertirás), buscamos esos otros caminos. El siglo XX miró y escuchó al cielo. En este siglo XXI, se comienzan a registrar los primeros resultados de la escucha gracias al Alzehimer. Como lo afirma Wolfang Stegmuller (bisnieto del ilustre filósofo), sólo quienes tienen esa enfermedad, por instinto, captan, sin algún filtro, la naturaleza de cualquier camino que vaya directo a la mierda. La NASA ,en su proyecto “Renacer”, ha reclutado a algunos ancianos que oyen los  rugidos planetarios  del sistema solar. Los viejos se ríen como cuando les colocan canciones que formulan el amor y la soledad. En ambos casos, las cosas que salen de los transistores se van a la mierda. 

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