CUANDO PIENSO EN KIM JONG UN

Moriste por andar con gilipollas, don Kim Jon Il. No estuviste a la altura de tu reino, lo vendiste por un dj  setlist. 

ANO- PYONYANG- Quién te viera con esa cara de mongólico y esas manitos de enano. Tu destino era andar en mameluco, comiendo mocos y sufriendo de priapismo, penetrando de tal manera a todas las mongoliquitas de tu salón que bailarían al sol de los más viejos y pétreos sonetos comunistas. Pero los días te han signado una misión atroz y pura: exterminar la raza humana. Ahora que tu papá marica ha muerto, es tu turno de desatar la colisión nuclear. Los átomos se excitarán tanto que harán hervir las piedras y nuestros huesos ni siquiera en polvo se convertirán. A todo esto sobrevivirá tu risa nerviosa y tus testiculos siempre hinchados, siempre rebosantes de esperma mongoloide.