viernes, 16 de diciembre de 2011

MESA DE REDAXIÓN

Amarte fue peor que la avalancha, mi jipi pastusa-gomela.


ANO-Chinacota- El invierno acabó con el agua. Lo peor fue que no nos cogió por sorpresa, ya sabíamos de la sed y el hambre. La angustia nos llega hasta el cuello. Una semana más de inasistencia, ignominia y humillación que recibimos con humildad soberbia y entereza de burro castrado.Cosa que tú no hiciste porque te fuiste a la Argentina a ganar premios y a dibujar matachitos maricas. Los hippies te han penetrado, o como dicen por allá, curtido. Ahora hablas como porteña y fumas "porro" escuchando Calamaro. Calamares gigantes que tiran su tinta nauseabunda sobre mi boca. Moby Dick tenía toda la razón: las ballenas no son de este mundo. Y más de cien han quedado encalladas en el cielo japonés, cielo radioactivo, porque Fukushima suspira y evoca con cierta nostalgia todos los cánceres linfáticos que pululararán desde su nacimiento. El desastre ha dado a luz más desastre. En cambio, tú, en esa republiqueta pérfida te enseñoras comiendo gaucho sin bañarse, y abortando colombo.-argentinos cada tres meses, que harán gargaras con el formol en el que nadarán. Nada de nada, Fukushima. Yo me quedo en mi Chinacota, y que el agua hasta el cuello nos mate de sed y diarreas.


Esther Williams en un balneario de Chinacota:

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